Agustín Conde de Boeck
notiman15@hotmail.com
San Miguel de Tucumán, Argentina.
Actualmente, cuando se nombra a un vampiro, en casi todas las personas aparece la imagen de Drácula en la mente. Siempre se lo ve al vampiro con las características que le proporcionó Stoker en su novela, y especialmente con el aspecto que el cine le dio. Pero muy pocos conocen los orígenes de este personaje. Muy pocos saben cuales fueron los temas que investigó el irlandés autor de Drácula para poder escribir esta obra.

Primero, para facilitar esta incursión al origen de la obra en cuestión, sería cómodo tener una buena definición de vampiro, o nosferatu. Bien podríamos definir a este ser como un individuo cuyo aspecto es el de un muerto, que sale por las noches a beber la sangre de sus víctimas, generalmente con la apariencia de un murciélago. Cabe destacar que un vampiro posee poderes sobre algunos animales nocturnos, como pueden ser los lobos o las lechuzas.
Con esta simple definición podremos deambular por los temas que inspiraron a Bram Stoker para escribir la máxima representación de lo que es el vampirismo.
El origen del vampiro se remonta a los mitos de la antigüedad, especialmente en las regiones eslavas (podrían ser las actuales Rumania, Hungría, Bulgaria, parte de Rusia, Ucrania, Yugoslavia, Eslovaquia, etc.). En estas leyendas, se decía que el ser que se alimentaba con sangre podía ser destruido al atravesarle el pecho con una estaca de madera, o al realizar una serie de ritos sobre el cuerpo de la criatura, cortarle la cabeza, y llenarle la boca de ajo. Pero lo que le dio al vampiro el aspecto más conocido, y lo consolidó como personaje para las historias de terror, es la literatura, seguida muy de cerca por el cine.
Anteriores a Drácula, se escribieron novelas, como últimos indicios de lo que fue el género gótico en la narrativa, como Melmoth the Wanderer de Charles R. Maturin o The Vampire de John William Polidori, que sirvieron de inspiración a Bram Stoker, que era un ferviente lector de ese tipo de literatura. El irlandés, influenciado por las obras recién nombradas, escribió a fines del Siglo XIX, lo que fijó el estereotipo del vampiro. Tiempo después, Drácula fue llevada al teatro, y luego al cine, lo que dio cada vez una forma más definida al antiguo mito.

Actualmente uno puede ver los resultados este proceso al ir a una librería o a un video club, y ver todo tipo de libros, comics y películas sobre el tema. En la novela clásica, se cuenta que el conde Drácula, había luchado como un gran comandante rumano, en el Siglo XV contra los turcos. Y que a pesar de la inferioridad numérica de su ejercito, lograron vencer. Eso puede leerse en la novela, entre líneas. En pequeños comentarios del conde o en pequeñas acotaciones del autor. Drácula es una novela que tiene miles de formas de leerse, infinitas formas de entendimiento e inacabables puntos de vistas. Bueno, de esa forma, e inspirado en algunos mitos europeos orientales, y en algunas obras góticas, Stoker llegó a escribir la novela que definió al personaje del vampiro como un clásico, como el monstruo de Victor Frankenstein (de Mary Shelley), el Hombre Lobo, los muertos vivos o zombies y muchos otros símbolos del horror. Si usted leyó Drácula, y desea poder hacerse con material de buena calidad sobre el tema, ya sean libros, comics o films, me gustaría recomendarle algunas de las mejores obras basadas, especialmente, en la novela de Bram Stoker. |
Principalmente, me gustaría recomendarle la adaptación al comic del film de Francis Ford Coppola, que lleva el mismo título de la novela. La historieta está ilustrada por Mike Mignola, quien logra darle a la obra toda la ambientación de la época victoriana, y logra meternos en una Londres plagada de pesadillas y monstruos. Su estilo de dibujo, aunque simple, posee infinidad de posibles entendimientos. Por ende, también recomiendo el film en el que este comic se basó, que aunque no es el mejor, vale la pena verlo. Pero si de cine se trata, las obras maestras, aunque no sean las más conocidas son la muda Nosferatu de Murnau (1921) y la versión con el mismo título de Werner Herzog (1979).
Dentro del comic, editados por Marvel están Hijos de la Medianoche, Morbius, Hombre Lobo, Motorista Fantasma y otras, que muestran un mundo corrompido, en el que vampiros y demonios hacen de las suyas, y violentos cazadores de vampiros, intentan detener el caos. Dentro del sello de comics DC, se pueden conseguir obras de mucha calidad, como lo son el mítico enfrentamiento entre Batman y Drácula en Batman Dracula: Lluvia Roja. Un comic con una marcada estética gótica, en el que la combinación explosiva de vampiros, una lluvia roja sobre Ciudad Gótica, cadáveres de prostitutas y mendigos en los callejones, y unos desagües que se asemejan al mismo infierno, logran estremecernos, no solo de pavor, sino de placer al leer algo tan bueno. Batman también se enfrenta a un vampiro, que bien podría ser el conde en cuestión, en Batman y Houdini: El Taller del Diablo. En donde una Ciudad Gótica victoriana es aterrorizada por un asesino de niños, que es dirigido por un vampiro. Por supuesto, que un Sherlock Holmesiano Batman, intentará descubrir al asesino, y su mano derecha, su Watson, será nada más ni nada menos que el más grande escapista de la historia; Harry Houdini. Una obra digna de Conan Doyle.
Y no me gustaría olvidarme de Batman Nosferatu, un comic en el que se homenajean las clásicas películas expresionistas de comienzo del Siglo XX. Una historieta bastante particular y extraña, pero que vale la pena leer. Bueno, con estas recomendaciones, que a algunos les interesará, me despido, hasta la próxima.
Leave a Reply